31 marzo 2011

buscar-encontrar

El que busca encuentra…
Al menos eso dice la célebre frase, pero, ¿qué buscar? ¿qué encontrar? ¿por dónde empiezo? ¿cómo discernir? ¿por qué me paralizo? ¿por qué avanzo?, muchas interrogantes muchas inquietudes que tenía antes de iniciar el curso, y fueron muchas las respuestas encontradas y otras reafirmadas las que encontré.

Una de ellas particularmente fue esa definición de
“espiritualidad” que creía era para personas cultas, exclusivas, que tienen los medios necesarios para llegar a ella (conocerla) o para conseguirla.

Pero ante tantos participantes, muchos de ellos rostros conocidos, y con los “no conocidos” vez que hay algo en común y que de alguna manera nos identifica. Un “especialista” (el profesor) tan particular y una carrera (sin menospreciar) nada llamativa comparada con las “grandes” carreras del mercado. Definitivamente todo eso llama la atención.

En una ciudad de m… mucho caos, donde la gente anda apurada, mas aún en horas punta, llama la atención ver gente congregada para aprender más y más, llama la atención tener como “referente” un profesor que tiene la función de despertar no sólo el cuerpo (por ser de noche y la mayoría anda cansada, muchos llegan después de un largo día laboral), sino también despertar en nosotros esa inquietud para reflexionar, investigar más, para seguir a más. Llama la atención que haya personas detrás organizando este tipo de cursos “poco usuales”, y personas que hacen lo posible por llegar y estar atentas. Ver todas estas cosas con otros ojos definitivamente es que hay algo que va detrás que “a simple vista” pasa desapercibido… la espiritualidad.

Una espiritualidad, que como bien nos decían las lecturas (y en las sesiones de clase) no se limita a algo abstracto sino a muchas cosas concretas: proyectos de vida, coherencia, ética, fe, tradiciones, manifestaciones, experiencias y un largo etc. Que en algún momento tuvimos como referente en alguna persona (sacerdote, amigo, compañero de comunidad, profesor) y que luego siendo mas concienzudo (en algún E.E.) nos dimos cuenta que detrás de ellos otro referente en común, que era seguir a Jesús, seguir a Cristo, hacer la voluntad del Padre, la voluntad de Dios.

Reconocernos como humanos, es reconocernos como hermanos, aprender de nuestras limitaciones y nuestros talentos para luego ponerlo al servicio a los demás, ayudar mejor en la misión Jesús a los pobres de espíritu y quienes están perdiendo la fe.

Pero ayudar por ayudar a veces resulta monótono, y el invitarnos a conocer proyectos de vida, ser coherentes y mas aún demostrar que en vez de ser una carga, debe ser algo que nos llena de vida es todo un reto. No es común encontrar este tipo de situaciones, pero, si es grato encontrarte con otras personas que comparten inquietudes similares a las tuyas y animarnos a realmente seguir trabajando porque aún tenemos muchas cosas por hacer. Más aún en una sociedad donde lo humano cada vez se pierde y las “malas” noticias son el pan de cada día.

Mostrarnos que somos humanos y como tal tenemos limitaciones, pero encontrar apoyo en una comunión, no como rito sino como ejemplo de vida realmente es muy valioso. Y nos invita a seguir soñando, a seguir proponiéndose retos, a evaluarnos y ver cómo podemos servir mejor.

Mientras mas te formas tienes mas responsabilidad
No recuerdo de quién es la frase sólo sé que resume de alguna manera todo lo que estamos aprendiendo y la responsabilidad que tenemos de transmitirla, pero, no fotocopiando notas, ni separatas ni libros, sino desarrollando nuestras vidas: nuestros actos, nuestras palabras, nuestros silencios, nuestro día a día. Y especialmente con nuestros proyectos de vida, nuestras coherencias, siendo trabajadores mas competentes y testigos mas convincentes (P.G. 8).


Edwin Esqueche Neciosup
Ensayo presentado en el 1er módulo del Diplomado: Formación Teológica para Laicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario